- por Tina Gardella para el Diario del Juicio
PH tomada de Twitter
Cual juego de gran
bonete “yo señor, no señor” nadie se hace cargo de la presencia del Operativo
Independencia en el desfile del Bicentenario. Y decimos Operativo Independencia
porque más allá de quienes desfilaron, la irradiación de su representación y
proyección, los excede. Por eso, estamos
en problemas…
Como puesta en
escena que lo es, un desfile es un acto público y por lo tanto político.
Responde a objetivos y se diseñan estrategias al respecto. Forma parte de la construcción
de subjetividad en tanto lo colectivo materializa todo simbolismo de pasado,
presente y futuro. Que haya estado o no en el guión, que hubo o no
infiltración, que los conductores esto y los controles aquello, que sí, que no…
son muestras de que no se delimitó la responsabilidad política del hecho.
Responsabilidad que da cuenta de que no hubo confusión por el significante
“independencia” como bien lo expresa la socióloga María Pía López, sino más
bien la decisión de desplazar el significado. Por eso, estamos en problemas…
Las manifestaciones
de repudio que abarcó un amplio espectro de instituciones, asociaciones,
agrupaciones y personas desde su civilidad ciudadana, son quienes han podido
percibir claramente ese desplazamiento como política a imponer: borrar los
tantos años de lucha y organización por situar una política democrática en
relación al terrorismo de estado, que no amerita equiparación alguna de
“violencias”, que socava los cimientos de una sociedad que sigue esperando
también pronunciamientos de quienes no responden específicamente al campo de
los Derechos Humanos. Por eso, estamos en
problemas…
La semana próxima
se reanudan las audiencias del Juicio Operativo Independencia. Los juicios
contra los responsables de tremendos crímenes de lesa humanidad, desde hace
unos años hasta hoy, están sirviendo de argamasa para la imbricación, sino
definitiva, al menos sí duradera, de todos los grupos y actores sociales, hoy
enormemente mayoritarios, que defienden que sólo mediante la impartición de la justicia
se puede construir la democracia. Que un desfile sea el escenario pensado para
reemplazar toda escena de juicio, es una operación que responde a borramientos
y desplazamientos que atrasan los procesos de memoria, verdad, justicia tan
trabajosamente conseguidos. Por eso,
estamos en problemas…
Una sociedad tan
golpeada por la barbarie del Operativo Independencia, está esforzándose por
conocer, tramitar, resolver una parte de su historia que si amerita algún
nombre ese sería “crueldad”. Eso es lo que se respira, se oye, se mira y se
acompaña en las audiencias del Juicio. Sobre todo porque quienes allí
atestiguan son vecinos del interior de Tucumán, con sus silencios, sus temores,
sus rituales, sus propios borramientos, sus propios deslizamientos. Para ellos,
el desfile no sólo resultó insultante para la historia y la memoria, sino posible
condicionador de su decir y de su hacer. Por
eso, estamos en problemas…
Después de la
masacre del Operativo Independencia que lo tuvo como iniciador, en agosto de
1977 Acdel Vilas publicó sus Reflexiones sobre la “subversión cultural” en la
revista Cabildo, donde indagaba acerca del origen histórico de la progresiva
descomposición de los valores occidentales, y que él situaba en la aparición de
la individualidad propia de la Modernidad. Dentro de esta emancipación del
sujeto, el general Vilas consideraba que el cisma luterano, el idealismo, el
empirismo y el racionalismo son caras de un mismo perverso poliedro que
acabaría por conformar una sociedad materialista de individuos que vivirían
entendiendo el humanismo y el relativismo como sinónimos. Por otro lado, por el título del artículo, Vilas
da a entender que lo subversivo no es sólo un elemento amenazador para el
sistema político, social o económico tradicional, sino también parte de un
conjunto cultural que está destinado a acabar con esos valores tradicionales en
todos los órdenes de la sociedad.
Si a pesar de todo
lo que pasó y de la conciencia arraigada de Juicio y Castigo hay sectores de la
sociedad tucumana que aún piensan en los anacronismos de Acdel Vilas, bueno,
son estos sectores los que están en
problemas…
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